La Argentina
no se mancha ¿Maradona o Messi?
Apuntes para
pensar nuestro pensamiento
El modo de pensar argentino tiene
un rasgo dramático y trágico. Diego hizo la más espectacular gambeta contra los
ingleses y entró en el panteón de la gloria, sólo reservada para los dioses del
olimpo consagrados por el pueblo argentino. Messi todavía no ocupa ese lugar,
no puede ocuparlo aún. Quizás si alguna de sus gambetas conducía a un gol
maravilloso en la final contra Alemania o, incluso, contra Chile, se hubiese
acercado al dios del fútbol. Es curioso, sobre todo porque Messi quiere decir “mesías”
en francés. Pero el pueblo argentino ya tiene su religión y su dios: Diego
Armando Maradona. Argentina no necesita un mesías. Messi es el profeta de una
religión sin dios y con muy pocos creyentes, no forma parte de nuestra cultura,
de nuestro modo de pensar. Nuestro pensamiento es maradoniano, no tanto por nuestra
habilidad para pensar, para hacer gambetas del pensamiento, sino porque suscita
amores y odios.
Sin embargo, el Diego tiene algo
importante que enseñarnos. Quizás su mayor sabiduría pueda resumirse en una
frase: “yo me equivoqué y pagué pero la pelota no se mancha”. Los argentinos
tenemos algo que aprender de Maradona: aprender a reconocer nuestros errores
con humildad para evitar que la pelota se manche, para evitar que el
pensamiento del pueblo argentino se degrade en lugares demasiado cómodos, en
trampas que pueden ser mortales para nuestro futuro.
La metáfora futbolera dice mucho
sobre nuestro modo de pensar, también en la política. Para quienes se sienten
peronistas, el General ocupa el lugar del Diego, es intocable, está en lo más
alto de los dioses del olimpo de la política. Quienes no se identifican con el
peronismo, le cuesta reconocer lo bueno que éste ha aportado a la Argentina y
sólo pueden ver los goles que no metió. Para los no peronistas: el peronismo se
comió muchos goles y llevó al país al descenso. Ni una cosa ni la otra. Los
peronistas tienen que ser capaces de decirle a la sociedad qué es lo mejor y
qué es lo peor del peronismo. Los no peronistas tienen que ser capaces de decir
sin odio que es lo mejor y qué es lo peor del peronismo. Pero los no peronistas
también tienen que decir cuáles son sus miserias, independientemente del
peronismo. En la política, como en el fútbol y en la sociedad, falta mucha
humildad y mucha auto-crítica. Tenemos que dejar de hablar de los goles que
metió cada uno, y comenzar a hablar con mucha calma, con mucha humildad de las
cosas que hicimos y dejamos de hacer para que se manche la pelota. Sólo
reconociendo nuestros errores, comenzando a obrar bien, diciendo la verdad,
siendo honestos, podemos desmanchar la pelota para jugar el partido de nuestra
historia. Podremos hacer gambetas maravillosas en el futuro, pero para eso
tenemos que tener el valor de decir “yo me equivoqué, pero la Argentina no se
mancha”.
Así nuestra cultura y nuestro
pensamiento, se parecerá mucho más a Messi, en su humildad y franqueza. Si
logramos eso podremos ganar no sólo mundiales de fútbol, podremos verdaderamente,
apropiarnos del futuro.
La metáfora futbolera nos ayuda a
pensar con cierta distancia nuestro presente, a mirarnos para adentro para
comenzar a pensar de otro modo.
La pregunta es ¿cómo teniendo al
Diego y a Messi no podemos ser mejor de lo que somos?
Un fraterno abrazo,
Leonardo
Dr. Leonardo G. Rodríguez Zoya
Politólogo – Universidad
de Buenos Aires
Investigador
del CONICET
@leonardorzoya
02/11/2015
PS: Te invito a compartir el
documento con amigos, familiares y colegas como una contribución a la reflexión
colectiva para regenerar la fraternidad ciudadana, la reflexión crítica y
pensar la complejidad de nuestro futuro. Construir juntos una ética de la
fraternidad y estimular un pensamiento complejo es condición de posibilidad
para construir un proyecto de futuro para la Argentina.
Podes encontrar más apuntes para
pensar el presente y construir el futuro sin olvidar el pasado aquí: http://argentina2100.blogspot.com.ar/
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